En Latinoamérica, el problema del sobrepeso y la obesidad sigue en aumento y tiene múltiples facetas que requieren atención, en particular durante la etapa pregestacional y el embarazo. En las mujeres embarazadas existen tres períodos en los cuales su peso corporal juega un papel determinante en el futuro estado de salud de ellas y de sus hijos. El primer período es el peso previo al embarazo (pregestacional), el segundo período es el embarazo debido a la ganancia de peso gestacional y el tercer período es el peso postparto.
Los estudios indican que el peso pregestacional es el que tiene mayor influencia como factor de riesgo de complicaciones. En los países de la región las cifras de sobrepeso/obesidad en las mujeres desde la etapa pregestacional son alarmantes. En Chile la prevalencia de obesidad se incrementó de 13 a 32% y si se considera el sobrepeso, alcanza el 50%, en Colombia es de 24% y en México alcanza hasta 51%.
Durante el embarazo la ganancia de peso gestacional permite el crecimiento y desarrollo del bebé, aunque es importante vigilar que la ganancia sea adecuada. En las mujeres con peso normal, el incremento puede ser de hasta 16 kg; en mujeres con sobrepeso (índice de masa corporal –IMC- de 25 a 29.9 kg/m2) no más de 11.5 kg y en mujeres con obesidad (IMC mayor o igual a 30 kg/m2) menos de 9 kg. Las cifras en esta etapa del embarazo son variables, por ejemplo, un estudio en México reportó que 32.2% de las embarazadas cursaban con sobrepeso y 21.1% con obesidad y el 38% tuvo GPG mayor a lo recomendado.
Las mujeres con peso normal y con ganancia de peso adecuados tienen una evolución favorable de su embarazo y parto, mientras que las mujeres que inician el embarazo con sobrepeso o una ganancia de peso excesiva, tienen más riesgo de presentar múltiples complicaciones, lo mismo ocurre con sus hijos.
El sobrepeso y obesidad tiene consecuencias inmediatas y mediatas en el estado de salud de la mujer y de su bebé. Las consecuencias inmediatas en la madre se observan en las múltiples complicaciones del embarazo vinculadas al exceso de peso materno. La mujer con sobrepeso desde la etapa pregestacional tiene mayor riesgo de padecer diabetes gestacional y preeclampsia (hipertensión en el embarazo), lo cual a su vez deriva en complicaciones médicas más graves (eclampsia) e infecciones urinarias, entre otras, y también en complicaciones durante el trabajo de parto, como parto prolongado y mayor riesgo de cesárea y consecuentemente de partos prematuros. Un estudio realizado en Chile identificó que la proporción de mujeres con sobrepeso y obesidad pregestacional estaba aumentando (47.8%), y esto iba acompañado de aumento de la prevalencia de diabetes gestacional. Por otra parte, las consecuencias mediatas para la madre son múltiples. Por ejemplo, se ha reportado que el 50% de las embarazadas que cursan con diabetes gestacional desarrollará diabetes tipo 2, en un período de 5 a 10 años después del parto.
Las consecuencias en el bebé se observan desde la gestación, durante el parto y en edades posteriores. Un embarazo o un parto que se complica siempre ponen en peligro la vida de la madre y de su bebé.
Los bebés que nacen con bajo peso, al igual que los que nacen con peso excesivo (macrosomia) tienen mayor probabilidad de presentar enfermedades crónicas. Los hijos de madres obesas tienden a tener mayor peso al nacimiento, mayor porcentaje de grasa corporal y un riesgo más elevado de obesidad durante su vida. El peso al nacimiento está asociado con la aparición de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
En conclusión, es posible afirmar que la ampliación de las acciones encaminadas a mejorar el estado nutricional durante la edad reproductiva de las mujeres y no únicamente durante el embarazo tendría efectos muy positivos cuyo impacto se vería reflejado en dos generaciones (la madre y su hijo). De la misma forma, en el largo plazo puede ser una estrategia de alto impacto global para mitigar el grave problema del sobrepeso y de las enfermedades crónicas como diabetes y enfermedades cardiovasculares.
En unas semanas publicaremos un artículo sobre cómo llevar estas acciones a la práctica. ¿Tienes alguna experiencia que nos quieras compartir?
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