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por Daniel Saravia, ganador del concurso de bloggers en salud
La insuficiencia renal crónica ha dejado en Centroamérica más de 15.000 muertos en la última década, de acuerdo a cálculos basados en información de la OMS. Esto parece estar asociado a las pésimas condiciones de trabajo por posible falta de protección adecuada al usar pesticidas e insuficiente hidratación de los campesinos expuestos a elevadas temperaturas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) discutió el año pasado el documento “La Enfermedad Renal Crónica de las Comunidades agrícolas de Centroamérica” donde alertan a los gobiernos de la región que este tipo de enfermedad renal crónica es un problema dramático y grave de salud pública por su alta incidencia, prevalencia y mortalidad, así como por la demanda insatisfecha de atención de salud además de la carga para las propias familias, comunidades, los sistemas de salud y la sociedad en general.
Hacerle frente a la epidemia implica una gran inversión de fondos públicos porque requiere de estrategias que permitan reorganizar la prestación de los servicios, fortalecer las capacidades de sus recursos humanos y mecanismos para abaratar los costos del tratamiento de la enfermedad, incluido el tratamiento de sustitución de la función renal.
En la llamada “Declaración de San Salvador”, en donde los ministros de salud de Centroamérica reconocen la existencia de la enfermedad renal túbulo-intersticial crónica de Centroamérica (ERTCC) que afecta predominantemente a las comunidades agrícolas como un problema mayor de salud pública, se comprometieron a promover con urgencia medidas que permitan prevenir el mal.
Sin embargo, algunos expertos indican que la insuficiencia renal no es causada solamente por agroquímicos, por lo que se debería ver otras variables como la diabetes o la hipertensión arterial que se deben tomar en cuenta en todos los países de la región.
Debido a estos graves resultados en salud, en el 2013 se creó en El Salvador una ley en contra 53 agroquímicos. De estos, se emitió un veto para que 11 fueran más investigados antes de sacarlos del mercado y los 42 restantes desaparecerían respectivamente en 12 meses. Esta decisión involucró cuatro derechos fundamentales: la salud, alimentación, bienestar económico y el derecho a preservar el medio ambiente, por lo que fue necesario encontrar un balance entre estos cuatro aspectos para que no se afectara la producción nacional de alimentos de este año. Por otro lado, el gobierno de El Salvador no está actualmente pagando investigaciones que busquen sustitutos para los agroquímicos que ayudan a que las cosechas sobrevivan.
Para tener esperanza de vencer este terrible mal, se necesita además de leyes contra agroquímicos, promover la educación en salud de la población, desarrollar centros de información de toxicología y medicamentos, promocionar seguridad laboral contra pesticidas, entre otras estrategias que ayudarán a reducir el alto impacto de costos de vidas y deterioro de la salud pública de El Salvador.
La insuficiencia renal crónica actualmente supone una alta carga para los países de la región, tanto en términos de calidad de vida de las personas, como prestación de servicios de salud y principalmente en las redes hospitalarias. Es por esto que las autoridades, los profesionales de la salud y la población en general deben unirse para trabajar duro y constantemente para cambiar esta realidad que llena de sufrimiento y tragedia a las comunidades de la región centroamericana.
Daniel Saravia es el ganador del concurso de bloggers en salud organizado por la división de protección social y salud del Banco Interamericano de Desarrollo. Él es licenciado en química y farmacia y blogger de salud en Seguro Social Salvadoreño desde el año 2007.
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