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por Andrea Ulrich

innovacion

Muchas mujeres que están por dar a luz aguardan su fecha de parto con entusiasmo, alegría y ansiedad. Pero las expectativas son a menudo bastante diferentes para aquellas que viven en regiones empobrecidas y tienen acceso limitado a un cuidado de la salud de buena calidad. Cada día, para 800 mujeres, el parto es una sentencia de muerte. El hecho de que una nueva madre sobreviva o no, depende en mayor medida de la eventualidad de su ubicación geográfica: casi todas las muertes (99%) de la madre en el parto ocurren en países en desarrollo. Entre los años 2003 y 2009, más de la mitad de esas muertes maternas se debieron a causas prevenibles a escala mundial.

El desafío de reducir la mortalidad de madres y recién nacidos exige una respuesta multilateral y multinacional.  El fortalecimiento de los sistemas de cuidado de la salud, como así también las medidas para que las mujeres accedan a centros de salud con recursos suficientes y asistidos por parteras para dar a luz, han invertido satisfactoriamente la tendencia de la mortalidad materna. Sin embargo, las mujeres que viven en áreas rurales, pobres y a gran distancia de los centros de salud continúan en una situación de alto riesgo en el parto.

Reconocer la necesidad de mejorar los resultados requiere enfoques innovadores, particularmente al tratarse de las mujeres en mayor desventaja.  Al contemplar dicha necesidad, una alianza denominada Saving Lives at Birth (Salvemos vidas en el parto) convocó a la comunidad internacional a “identificar enfoques innovadores de prevención y tratamiento para mujeres embarazadas y bebés recién nacidos alrededor de la fecha del parto en comunidades pobres y aisladas”. Tras la convocatoria inicial, se recibieron innumerables propuestas de organizaciones sin fines de lucro, universidades, empresas de diseño, corporaciones privadas y organizaciones multilaterales.

A la fecha, ya en el cuarto año de competencia, 500 candidatos presentaron diseños en tecnología, creación de demanda y prestación de servicios para reducir la mortalidad de madres y recién nacidos. De las mencionadas propuestas, a principios de este mes se seleccionaron 52 como finalistas para competir por subsidios en el evento Saving Lives at Birth DevelopmentXChange (Salvemos vidas en el parto: Desarrollo para el cambio).

Uno de los temas más destacados en las  propuestas se centraba en la prevención de la muerte materna a causa de la hemorragia posparto, la cual representa aproximadamente el 30% de las muertes en ambientes de escasos recursos. Una de las opciones para dicho tratamiento consistió en un dispositivo para emergencia obstétrica, económico y fácil de usar, que puede insertarse en el útero de una mujer para detener casi inmediatamente el flujo durante una hemorragia.   Otra propuesta presentada por una pequeña organización no lucrativa de Massachusetts tenía que ver con tecnología médica móvil para ayudar a trabajadores comunitarios de la salud a examinar y aconsejar a mujeres embarazadas, asistirlas en su transición hacia un centro de salud y ayudar a controlar el cuidado posparto.

Otra tecnología que me llamó la atención particularmente fue la versión más reciente de un dispositivo que hace años yo había ayudado a diseñar junto con otros cuatro estudiantes de ingeniería en la Universidad Rice. El dispositivo, llamado Breath Alert (Alerta respiratoria), es un monitor de apnea para bebés prematuros. Dicho aparato, que cuesta menos de 25 dólares, detecta y rectifica automáticamente la apnea despertando suavemente al bebé si ha dejado de respirar. Tal tecnología, juntamente con las otras mencionadas, recibió exitosamente miles de dólares en financiamiento preliminar para su desarrollo adicional.

Estos ejemplos, junto con muchas otras propuestas presentadas, ilustran que alrededor de todo el mundo hay grupos de personas que responden al llamado a reducir la mortalidad de madres y recién nacidos mediante métodos novedosos.  Para la comunidad internacional de organizaciones solidarias, el siguiente paso no consistirá simplemente en relajarse y elogiar los esfuerzos de esos , sino en responder colectivamente a dicha convocatoria para la innovación.

Hoy día el impulso del progreso depende de qué tan bien colaboramos entre diferentes sectores e implementamos dichos diseños innovadores más allá de simples programas piloto a pequeña escala.  Se necesitan organizaciones de mayor calibre y bien financiadas que participen en el diálogo y establezcan alianzas con empresas de diseño más diestras, y ayuden a desarrollar más rápidamente las mencionadas tecnologías. A la larga, quienes nos dedicamos a la ayuda internacional deberemos integrar prioritariamente la innovación en nuestros procesos y tecnologías, como así también promover estrategias de éxito comprobado e implementar a mayor escala los programas más nuevos y pequeños.

Suscríbete al Blog Gente Saludable y cuéntanos ¿qué opinas de la colaboración entre diferentes sectores? ¿Cómo sugieres que dirijamos e integremos procesos y tecnologías de innovación, especialmente para salvar a las madres en riesgo y a sus hijos?

Andrea Ulrich es miembro de la Fundación Global Health Corps y trabaja como consultora en la división de protección social y salud (@BIDSPH) del BID. Andrea tiene un título en bioingeniería y tecnologías para la salud mundial de la Rice University.

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