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Quizás ya lo has hecho: ingresar a Google para consultar sobre algún tema de salud que te preocupa. Es la nueva tendencia; los pacientes son cada vez más propensos a cuestionar a su médico y buscar una segunda opinión. Tanto así, que una de cada tres búsquedas en Internet está relacionada a cuestiones de salud. En la era de la salud digital, los pacientes se sienten más empoderados para buscar información y tomar decisiones sobre sobre su salud. ¿Pero cómo afecta la incursión de la tecnología en la salud sobre la relación médico-paciente?

Automatización de la recolección de datos

La tecnología puede ayudar en el manejo de los datos relacionados con la salud, que están creciendo a un ritmo exponencial. Para 2020, se espera que los datos médicos se dupliquen cada 73 días. A lo largo de la vida, las personas pueden generar más de un millón de gigabytes de información relacionada con su salud. Sin embargo, el tiempo necesario para analizarla y procesarla es más limitado que nunca.

La transformación digital podría aliviar las restricciones en el uso del tiempo para que el personal médico pueda dedicarse más al paciente en sí que a computarizar o registrar toda su información. Nuevas tecnologías permiten recolectar información personalizada que, usada de manera adecuada, tiene el potencial de mejorar la gestión de la calidad, la eficiencia y la seguridad de la atención médica.

La historia clínica electrónica, por ejemplo, esta basada en una visión más amplia de la atención a los pacientes. Contiene información detallada de todos los médicos y procesos por los que ha pasado el paciente, incluyendo:

  • historial médico
  • prescripciones de medicamentos
  • signos vitales
  • resultados de laboratorio
  • informes radiológicos
  • anotaciones de médicos y enfermeras.

Esto permite a los diferentes proveedores de salud acceder a información completa para brindar una atención más precisa. Una revisión sistemática sobre el impacto de la historia clínica electrónica encontró que ha logrado efectos positivos en la eficiencia del tiempo utilizado para la recolección de datos, en un mayor seguimiento de las guías de práctica, en la reducción de errores médicos y en la disminución de efectos adversos de medicamentos. Sin embargo, esta mayor eficiencia no se traduce necesariamente en una relación más personal entre médico y paciente.

Precisión no siempre equivale a satisfacción

Las novedades tecnológicas pueden traer beneficios para los servicios de salud. Pero esto no es suficiente para los pacientes, que buscan una buena relación con su médico y lo que más valoran es la cantidad y calidad del tiempo dedicado a escucharlos y responder a sus inquietudes.

Varios estudios han demostrado que el hecho de que un médico sea simpático, educado y tenga una buena comunicación con sus pacientes tiene mucho peso a la hora de evaluar los sistemas de salud. Incluso si el médico acierta en su diagnóstico y tratamiento, pero ofrece un trato que no es considerado bueno por el paciente, el nivel de confianza en el profesional de salud, y por ende su calificación de desempeño general, disminuye. Y es que la cercanía con el paciente es uno de los pilares en los que se basa la atención primaria en salud y el cuidado centrado en las personas.

Para asegurar que la tecnología en salud no digitalice nuestras vidas y mantenga su toque humano, debería orientarse en mayor medida hacia la recuperación de la relación médico-paciente. Los usuarios, los verdaderos protagonistas de los sistemas sanitarios, no necesariamente quieren que un robot u otra tecnología reemplace a su médico o enfermero. Lo que quieren es sentirse respaldados y seguros cuando acuden a los servicios de salud. Aún si la persona puede ser menos perfecta en su diagnóstico, es humana.

Si la tecnología va a agilizar los procesos de recolección de datos para que los médicos y los pacientes puedan emplear más tiempo en generar vínculos de confianza, vamos por buen camino. Pero si el cuidado del paciente se automatiza, habremos perdido una oportunidad de apalancar la transformación digital para mejorar la calidad de vida.

¿Crees que tienes una buena relación con tu médico? ¿Te sentirías cómodo con un robot como médico? Comparte tus reacciones a este artículo en los comentarios o menciona a @BIDgente en Twitter.

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Doctor, míreme a mí y no a la pantalla
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