Si bien Honduras ha experimentado tasas de crecimiento positivas en la última década, solo afectadas por la crisis financiera del 2008 y 2009, y la crisis política del 2009, un hecho relevante es que el crecimiento no se ha sustentado en el aumento de la productividad, la que ha decaído por varias décadas con respecto a la productividad de los países de América Latina y el Caribe (ALC) y, más aun, respecto a países del sureste asiático. La baja productividad se refleja dramáticamente en el mercado laboral. Las tasas de informalidad y subempleo de Honduras son de las más altas de ALC, y más de la mitad de la población vive en pobreza. Es posible que el aumento de inversiones pudiera ayudar a Honduras recuperar las tasas de crecimiento previas a las crisis, pero la creación de buenos empleos y la reducción de la pobreza dependen esencialmente de aumentar sostenidamente la productividad, particularmente, la productividad laboral que es la base para potenciar el mejor uso de los demás factores productivos.