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Los nuevos flujos intrarregionales en América Latina y el Caribe presentan enormes retos para los países de acogida, pero también oportunidades. La inclusión laboral de la población migrante combina ambas cosas. La juventud y calificación que caracteriza a los migrantes de nuestra región ofrece a los países de acogida una herramienta valiosa para aumentar su crecimiento económico. Al mismo tiempo, alcanzar una inclusión que les permita contribuir a sus comunidades de acogida en toda la magnitud de sus posibilidades es una tarea plagada de desafíos.

Para conversar sobre estos temas, compartir experiencias exitosas y buscar nuevas estrategias para promover una inclusión plena de la población migrante en sus comunidades de acogida la Unidad de Migración del BID reunió en Panamá a funcionarios de las áreas de empleo y migración de 16 países de la región en un Diálogo Regional de Política sobre migración.

A lo largo de dos días, académicos internacionales, especialistas del BID, los funcionarios, representantes del sector privado y la sociedad civil expusieron y compartieron su conocimiento sobre el tema. En este blog presentamos algunas de las principales conclusiones de las presentaciones que realizaron expertos y académicos para enriquecer el diálogo.

Aprovechar las capacidades de las personas migrantes: un reto regional

Al caracterizar la población migrante en ACL hay tres elementos prometedores y un reto. En promedio, los migrantes son más jóvenes, participan con mayor frecuencia en el mercado laboral, y tienen un mayor nivel educativo que la población local.

Indicadores laborales para nativos y personas nacidas en el extranjero, promedio de América Latina y el Caribe (LAC)

Fuente: Cálculos realizados por los autores basados en encuestas nacionales de los siguientes países: Argentina (EPH, 2021), Chile (ENE, 2020), Colombia (GEIH, 2021), Costa Rica (ECE, 2021), Ecuador (ENEMDU, 2022), República Dominicana (ENCFT, 2021), México (ENOE, 2020), Panamá (EHPM, 2019), Paraguay (EPHC, 2020), Perú (ENAHO, 2021) y Uruguay (ECH, 2019). Los números mostrados son promedios simples de los porcentajes nacionales.

Sin embargo, sus capacidades se están desaprovechando. Por ejemplo, en promedio, una mayor fracción de la población migrante está involuntariamente fuera de la fuerza laboral que la población nativa. Además, una mayor fracción de la población migrante trabaja en empleos para los que están sobrecalificados.

Indicadores laborales para nativos y personas nacidas en el extranjero, promedio de América Latina y el Caribe (LAC)

Fuente: Cálculos realizados por los autores basados en encuestas nacionales de los siguientes países: Argentina (EPH, 2021), Chile (ENE, 2020), Colombia (GEIH, 2021), Costa Rica (ECE, 2021), Ecuador (ENEMDU, 2022), República Dominicana (ENCFT, 2021), México (ENOE, 2020), Panamá (EHPM, 2019), Paraguay (EPHC, 2020), Perú (ENAHO, 2021) y Uruguay (ECH, 2019).
Nota: Los números mostrados son promedios simples de los porcentajes nacionales. La población empleada excluye a las personas que no están en edad de trabajar. Los indicadores de largas jornadas laborales y contratos temporales excluyen a los trabajadores cuenta propia y estudiantes. El indicador de sobre cualificación excluye a la población que se encuentra estudiando.

Aprendizajes de la academia y el mundo en la integración laboral de personas migrantes

Giovanni Peri es uno de los máximos académicos en materia migratoria del mundo. Para nosotros fue un privilegio contar con su presentación como apertura para el diálogo. De su trabajo aprendimos que la integración laboral de la población migrante no es inmediata ni en Estados Unidos ni en Europa.

En Estados Unidos los migrantes alcanzan el nivel de empleo promedio de los nativos entre cinco y diez años después de su llegada. Los salarios promedio, sin embargo, toman entre una y dos décadas para llegar al nivel de los nativos y, en algunos casos, no están a la par tras tres décadas. En Europa, la inserción laboral es más lenta y existen diferencias significativas entre los migrantes económicos y los refugiados.

Representantes de la República de Corea también presentaron su experiencia en la integración laboral de migrantes. Su integración sigue el mismo patrón que Europa y Estados Unidos. Además, el profesor Lee, de Ewha Womans University, presentó evidencia del aumento en la productividad de los trabajadores temporales extranjeros en el tiempo y como, al igual que en otras regiones del mundo, hay espacio para aumentar el crecimiento económico al expandir la duración de los permisos.

La profesora Amuedo-Dorantes, también referente mundial en temas migratorios, compartió con nosotros los resultados de su investigación sobre el impacto de las políticas públicas en Estados Unidos en la integración de los migrantes en el país.

Un resultado interesante proviene del análisis de una política que otorgó licencias de conducir a migrantes sin estatus regular en Estados Unidos. Esa iniciativa en 12 estados y el distrito de Columbia, elevó del 3% a cerca del 37% la cantidad de migrantes sin estatus regular que accedió a una licencia. Además de alterar el modo de trasladó al trabajo de la población migrante, la política aumentó la participación laboral de las mujeres en 7 puntos porcentuales. Estos resultados ponen en evidencia, como la interacción de la reglamentación local y la política migratoria tienen impactos importantes sobre la inserción laboral de los migrantes y su aporte económico.

Algunos aprendizajes regionales para la integración laboral de la población migrante en América Latina y el Caribe

Dentro de las políticas para apoyar la inserción de los migrantes en Europa y Estados Unidos, las más efectivas han sido los programas de formación y el asentamiento (o reasentamiento) en mercados laborales dinámicos. Por ello, el profesor Peri plantea la oportunidad que presenta abrir mercados laborales nacionales a los demás países de la región, permitiendo que los migrantes se muevan libremente y lleguen a las ciudades más productivas. Además, recomienda invertir recursos en la inserción laboral de los migrantes de forma que beneficie a las economías locales, enfocando los recursos en capacitación para los adultos y educación para los niños.

Por su parte, la directora de la División de Fuerza Laboral Extranjera del Ministerio de Trabajo de la República de Corea del Sur, Lee Sang-im, presentó el funcionamiento del Sistema de Permisos de Empleo (EPS). Este portal se creó como respuesta a la necesidad de contratar mano de obra extrajera en el país y permite que los empresarios contraten mano de obra no calificada de manera centralizada. La existencia de este portal resalta, de nuevo, las ventajas de la mano de obra migrante para el sector empresarial y su capacidad para aumentar el nivel de producción y el crecimiento económico.  

Existen, sin embargo, barreras institucionales para la inserción de la mano de obra extranjera en América Latina y el Caribe. Sobre este tema el profesor Hernández de la Universidad de Harvard presentó los hallazgos de un estudio sobre el panorama legal en la región que realizó para la Unidad de Migración. En conjunto, el análisis sugiere que vale la pena fortalecer la coordinación entre las autoridades migratorias y laborales y ajustar la legislación laboral de la región a los flujos migratorios actuales. 

A su vez, desarrollar políticas sectoriales orientadas a captar trabajadores migrantes cuyas capacidades sean necesarias para la economía doméstica puede potenciar el aporte de los migrantes al desarrollo económico de la región.  Por último, existe un espacio para promover una perspectiva de género en la legislación laboral nacional al ampliar el derecho a trabajar de los dependientes de acuerdo con los estándares interamericanos.

Hacia una integración laboral de la población migrante que beneficie a todos

Invertir en la integración de las personas migrantes es rentable para los países de acogida, pues aumentará el crecimiento económico de la región. Para que sea posible, la integración laboral de la población migrante debe ir más allá de promover su empleabilidad, es necesaria una integración laboral adecuada que les permita contribuir con todas sus capacidades y al mismo tiempo en aquellos sectores que más se puedan beneficiar. Lograrlo es un reto significativo y exige un trabajo coordinado entre el sector privado, la sociedad civil y el sector público.

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Oportunidades y desafíos de la inclusión laboral de la población migrante
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