Este documento analiza el papel de las escuelas como espacios para promover la cohesión social en contextos de movilidad humana. Su objetivo es generar evidencia útil para el diseño de políticas públicas en América Latina y el Caribe, una región atravesada por flujos migratorios sostenidos y una creciente presencia de niñas, niños y adolescentes migrantes en el entorno escolar. Con este propósito, se revisan ocho estudios cuantitativos evaluados mediante metodologías experimentales o cuasiexperimentales, clasificados en tres enfoques pedagógicos según su lógica de intervención: pasivo, basado en la convivencia cotidiana entre estudiantes de distintos orígenes; activo, centrado en espacios estructurados de diálogo y reflexión; y proactivo, que integra de forma sostenida el desarrollo de habilidades socioemocionales en el currículo escolar. Si bien los tres enfoques muestran impactos positivos en el fortalecimiento de la cohesión social, las iniciativas más prometedoras son aquellas que comienzan desde edades tempranas, se integran de forma recurrente en el currículo y cuentan con la participación activa del personal docente, cuyo involucramiento es fundamental no solo para adaptar las estrategias pedagógicas a la realidad del aula, sino también para sostener su implementación en el tiempo y potenciar su efecto en la convivencia escolar. A partir de estos hallazgos, el documento propone recomendaciones de política pública en cuatro ámbitos: la promoción de programas escolares inclusivos, la integración curricular de enfoques orientados a la convivencia, el fortalecimiento del rol docente, y el desarrollo de mecanismos de evaluación que permitan orientar decisiones con base en evidencia.