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Logística milimétrica, Apoyo Integral y Coordinación efectiva de actores, las claves en la “interiorización” de los migrantes venezolanos en Brasil y ahora, elementos esenciales para atender la coyuntura COVID-19.

Punto de llegada a Pacaraima, indicaciones a los migrantes

En el norte del Brasil, el municipio de Paracaima de aproximadamente 16.000 habitantes, en el estado de Roraima, es la principal puerta de entrada de los migrantes venezolanos que huyen diariamente de la crisis política, económica y social de su país. Hasta hace unos días, más de 600 migrantes venezolanos cruzaban diariamente la frontera por esa pequeña ciudad en busca de mejores oportunidades. Es el equivalente al número de pasajeros que desembarcan de un Airbus A380, el avión de pasajeros más grande del mundo. Sin embargo, la llegada del coronavirus a la región y el crecimiento exponencial global de los contagios ha paralizado los movimientos internacionales de personas y el cierre temporal de las fronteras en numerosos países del mundo y de la región. Brasil cerró el pasado 17 de marzo sus pasos fronterizos con Venezuela durante 15 días como medida de contención sanitaria.

Las medidas gubernamentales para contener la pandemia vienen precedidas por una emergencia migratoria sin precedentes en la región. Con el cierre de los pasos fronterizos, no solo aquellos en tránsito han tenido que afrontar un cambio en su realidad; para aquellos acogidos, con vocación de permanencia o interiorizados, esta disrupción vuelve a tener impactos desgarradores sobre sus vidas y sus posibilidades de acceder a servicios sociales y básicos.

 

Ya no solo se trata de una discordancia entre una nueva demanda y la oferta, sino de cómo fortalecer soluciones e iniciativas flexibles, como por ejemplo los hospitales de campaña y otras iniciativas aún por crear, capaces de cerrar de manera más efectiva y rápida las brechas de desarrollo entre población local y migrantes. En estos momentos los migrantes se convierten en un grupo especialmente vulnerable ya que el aislamiento social – una de las medidas más efectivas para aplanar la curva de contagio – puede ser difícil de practicar en poblaciones migrantes que se caracterizan por ser altamente móviles y generalmente vivir en condiciones de hacinamiento. En los albergues del norte de Brasil, sin embargo, se han tomado las medidas oportunas para contener la propagación del virus.

La experiencia y la logística milimétrica de Brasil optimizando la gestión migratoria desde 2018 con su Operación Acogida, demuestra que el país tiene voluntad para gestionar los flujos migratorios en beneficio de las comunidades receptoras, incluso durante coyunturas tan complejas como la derivada de esta pandemia.

¿En qué consiste la Operación Acogida?

Hospital de campaña- almacenamiento de medicinas, Pacaraima.

A principios del 2018 el Gobierno Federal brasileño puso en marcha, con el apoyo de agencias de Naciones Unidas y de organizaciones de sociedad civil, la Operación Acogida. Este operativo de atención humanitaria, para iniciar una migración ordenada, segura y regular, coordina las acciones del Ministerio de Defensa de Brasil y otras 118 agencias gubernamentales y no gubernamentales. Bajo la coordinación de la Casa Civil de la Presidencia, los ministerios de Justicia (policía federal y SNJ), Ciudadanía, Salud, Educación, Derechos Humanos, Desarrollo Regional, Economía (trabajo e ingresos federales), junto con varias otras agencias y actores, ofrecen a los migrantes venezolanos apoyo integral para que accedan a los servicios.

Desde el inicio de la Operación, Brasil ha ayudado a más de 264.000 migrantes a tramitar sus solicitudes de regularización de estatus migratorio, y ha integrado socioeconómicamente a más de 27.000 en 376 ciudades del país. Su éxito se basa en tres pilares: ordenar la frontera, proporcionar refugio, e integrar a los migrantes, o la llamada “interiorización”. Los dos primeros son prácticas conocidas e implementadas por la mayoría de los países. La novedad en el contexto migratorio regional es el último paso.

 

¿Qué significa realmente para el migrante este proceso de interiorización?

La interiorización exitosa supone el buen desempeño de las dos fases anteriores del operativo en las cuales se recibe, identifica, clasifica (según la situación personal a cada migrante), vacuna y proporciona un refugio temporal a cada inmigrante. Después, aquellos sin asistencia son trasladados a otros estados del país según su formación y situación personal en vuelos comerciales (utilizando asientos no vendidos en aerolíneas nacionales) o de la Fuerza Aérea, buses o en barco donde tienen cupos reservados.

En otras palabras, son ´interiorizados´ al resto del país. Este sistema se asemeja a los programas de reubicación de Naciones Unidas, pero a escala nacional, siendo Brasil el pionero en introducirlo y adaptarlo en América Latina y el Caribe. La fase de ´interiorización´ viene a ser un ‘Waze migratorio’ o sistema de gestión de la demanda, en el que los migrantes son reubicados y orientados para que puedan llegar a sus nuevos destinos de forma segura y rápida. Además de la reunificación por familiares ya instalados, también existe la interiorización por reunificación social con amigos o antiguos vecinos, y la posibilidad de identificar a empresas que buscan empleados.

El rol de los albergues

El proceso de interiorización no ha dejado ningún cabo suelto. Los albergues además de proporcionar un techo, comida, control y atención sanitaria a los migrantes; están equipados para que se puedan realizar entrevistas de trabajo por videoconferencia, incluso con intérpretes para aquellos migrantes que aún no dominan el portugués. Anticipando la continuidad del flujo migratorio, el proceso de interiorización fue considerado clave debido al número limitado de plazas en los albergues en Roraima (6.000), entre Pacaraima y Boa Vista. Sin duda hay desafíos de escala, lo que evidencia la oportunidad para fortalecer los vínculos de esta operación con un tejido empresarial local como en el resto de Brasil y de vincular también a brasileños en las comunidades receptoras. La ‘interiorización’ está reduciendo la concentración de migrantes venezolanos en la frontera de Pacaraima y en la capital de Roraima, Boa Vista, ambos con una capacidad limitada de absorción, incentivando y apoyando su integración socioeconómica en otras ciudades del país. El Programa de “Interiorización” también crea un modelo casi único del cual el país también se puede beneficiar al aprovechar el talento de los migrantes venezolanos en sus diferentes nuevas ocupaciones.

Una acción integral bajo la pandemia

La respuesta brasileña a la crisis migratoria y de manera simultánea a la pandemia, es una acción integral que abarca todas las necesidades de los migrantes en beneficio también de las comunidades receptoras con el objetivo de que todos ellos se vuelvan a sentir nuevamente en casa, aunque sea a miles de kilómetros de esa frontera que les devolvió la esperanza de volver a empezar. Sin duda, en este momento de paralización global, la Operación Acogida se enfrenta ahora a un nuevo reto de cómo articular la gestión migratoria en tiempos del COVID-19. Con el cierre temporal de fronteras para contener la propagación del coronavirus, Brasil está enfocando sus esfuerzos en coordinar un plan de acción rápido para reforzar aún más su capacidad de respuesta en salud y seguir apoyando a todas las personas migrantes y refugiadas venezolanas albergadas en los estados de Roraima y Amazonas.


[AUDIO] Conoce la experiencia de Maria Alejandra Venot Patiño, migrante Venezolana en Brasil

María Alejandra Venot Patiño, migrante venezolana residente en Boa Vista nos cuenta cómo fue su proceso con la Operación de Acogida. María Alejandra trabaja con Migraflix una ONG brasileña que promueve el encuentro entre personas  y culturas por medio del emprendimiento cultural, gracias a la cual hemos podido saber su perspectiva como migrante.

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El “waze” de la migración
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