Formación de habilidades para el trabajo: clave para potenciar el desarrollo y la productividad

Se ha comprobado que cuando la fuerza laboral responde de manera eficiente a las necesidades de capital humano de las empresas y de la economía, la productividad laboral aumenta y, como consecuencia, el también el crecimiento económico. Las personas con las habilidades adecuadas tienen mejores oportunidades de acceder a empleos de alta calidad, incrementar sus ingresos y mejorar su bienestar y el de sus familias. Los empleadores requieren habilidades actualizadas, mientras que los estudiantes y los trabajadores necesitan formas innovadoras de aprendizaje y contenidos que se adapten al ritmo cambiante de los entornos empresariales y de productividad.

Con un sistema de desarrollo de habilidades eficaz que brinde acceso equitativo a formación de calidad y pertinente, es posible aumentar las oportunidades económicas, la productividad, y facilitar una transformación económica sostenible, inclusiva y justa. Es por esto que reducir la brecha que existe entre la formación de habilidades técnicas profesionales -conocidas como TVET, Technical Vocational Education and Training, por sus siglas en inglés- y el acceso al empleo es urgente para América Latina y el Caribe.

Adquirir habilidades relevantes para el trabajo debería ser la base fundamental para mejorar el bienestar económico y el desarrollo productivo de los países

¿Cuánto dependen las personas de América Latina y el Caribe de su trabajo?

En América Latina y el Caribe el 70% de las personas dependen exclusivamente de su trabajo para generar ingresos, es decir que, al estar sin empleo, no cuentan con otra fuente de ingresos para vivir y mantener a sus familias. Además, aunque muchas personas tienen otras fuentes adicionales de ingreso como los recibidos por la propiedad de activos, las pensiones, las remesas y otros, el 88% de los ingresos de la población económicamente activa en la región proviene de los salarios. Es por esto que las habilidades para el trabajo son el vehículo directo y primario de generación de oportunidades de vida de las personas.

En el siguiente gráfico, se observan los porcentajes de la población económicamente activa y su dependencia exclusiva de un tipo de ingreso en particular. Es evidente cómo en 16 de los 19 países analizados, la mayor parte de la población depende únicamente de su salario como fuente de ingreso.

Composición de la fuente de ingresos exclusiva de la Población Económicamente Activa en América Latina y el Caribe


Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas de hogares armonizadas (BID) con el último dato disponible por país -19 países de América Latina y el Caribe. Donde “Exclusivamente laboral monetario” representa el porcentaje de la Población Económicamente Activa que tiene a su ingreso laboral (salario) como única fuente de ingresos. “Laboral monetario + No laboral monetario” representa el porcentaje de la PEA que tiene como únicas fuentes de ingreso a su salario además de ingresos no laborales (ej. rentas, alquileres, etc.). “Pensiones” representa la PEA que tiene sus pensiones como única fuente de ingreso . “Otros ingresos no laborales” representa otras composiciones de ingreso como fuente única de ingresos (ej. remesas, etc.)

Las habilidades para el trabajo tienen un impacto directo en el bienestar de los trabajadores, las empresas, la productividad laboral, el desarrollo y el crecimiento económico

Adquirir habilidades relevantes para el trabajo debería ser la base fundamental para mejorar el bienestar económico y el desarrollo productivo de los países de la región. Únicamente a través de un sistema de aprendizaje de calidad a lo largo de toda la vida, y en sintonía con las demandas del sector productivo, es posible tener una población preparada para impulsar y respaldar el desarrollo productivo de un país.

Al analizar la relación entre las habilidades de la población, -medidas por los resultados en pruebas estandarizadas como PISA-, e indicadores macroeconómicos como el PIB per cápita y la productividad laboral, es evidente que países con poblaciones con mayores niveles de habilidades tienen mayores niveles de crecimiento del producto interno bruto per cápita, además de mayor crecimiento en la productividad laboral.

PISA 2022: ¿Cómo le fue a América Latina y el Caribe? Entérate en esta nota.

Relación entre las habilidades de la población e indicadores macroeconómicos

Fuente: Autores utilizando datos de los resultados de las pruebas PISA de Hanushek y Woessmann (2012), años promedio de escolaridad de la UNESCO, y el crecimiento del PIB per cápita y la productividad laboral utilizando el PIB real en PPP de 2017 de Penn World Tables v.10.

Cualquier discusión de desarrollo sostenible e inclusivo, calidad de vida e incluso desigualdad implica una conversación seria acerca de cómo preparar a la gente para acceder al empleo, especialmente en sectores que están generando o que tienen un alto potencial para crear empleos de calidad. 

¿Cómo están las habilidades de América Latina y el Caribe?

A nivel global, de acuerdo con Man Power Group, en 2023 el 77% de los empleadores reportaron dificultades para encontrar trabajadores con las habilidades necesarias para sus procesos productivos. En América Latina y el Caribe, estas falencias de habilidades son importantes ya que incluso antes de la pandemia, en promedio, más del 60% de los trabajadores no contaba con niveles mínimos de habilidades cognitivas básicas como comprensión lectora o cálculos numéricos de acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos –PIACC por sus siglas en inglés- de la OCDE.

Al mismo tiempo, el conocimiento que poseen los trabajadores se está volviendo obsoleto. De acuerdo con datos de la OCDE basados en una selección de países, en promedio el 58.66% de los trabajadores de la región corre el riesgo de que sus trabajos sean automatizados. E incluso con mejoras en la conectividad (forzadas en gran parte por la pandemia), los países de la región avanzaron muy poco en cuanto a habilidades digitales al compararlos con países que se encontraban en situaciones similares en 2017.  

Aprendiendo del pasado

El desarrollo de las habilidades para el trabajo no es un tema nuevo ni en la academia ni en la práctica. Gary Becker -Ganador del Premio Nobel de economía en 1992 – en 1964 definió al capital humano como el conjunto de capacidades productivas. En países como Alemania, hace más de un siglo, la Formación Técnica y Profesional (TVET) ya estaba totalmente alineada con el mercado laboral ¿Cómo aprovechar esta experiencia y conocimiento hoy en día en América Latina y el Caribe?

El primer paso es comprender qué son las habilidades para el trabajo

Las definimos como aquellas competencias y cualificaciones para encontrar, conservar y progresar en el trabajo; que además les permitan a las personas, avanzar en su trayectoria laboral; es decir, que les permitan cambiarse de empleo y adaptarse a los cambios del mundo laboral.

El segundo paso es comprender la relevancia de la conexión entre la oferta y la demanda laboral; es decir, la necesidad de que los sistemas de formación de habilidades para el trabajo estén realmente conectados con las necesidades de las empresas y negocios.

Para lograr esta conexión y mejorar el funcionamiento del mercado laboral mediante el desarrollo de habilidades para el trabajo, necesitamos responder interrogantes clave desde tres perspectivas diferentes:

Por el lado de los empleadores, el sector productivo y la economía local:

  1. ¿Qué habilidades necesita y necesitará el sector productivo para producir, crecer y crear empleos de calidad?
  2. ¿Qué habilidades se requieren para crear nuevos negocios?
  3. ¿Qué habilidades se demandarán para maximizar el potencial de sectores productivos estratégicos de un país?

Por el lado de los trabajadores actuales y futuros:

  • ¿Qué habilidades tienen las personas? es decir, ¿cuál es el perfil de habilidades de la fuerza laboral, presente y futura? y, finalmente,
  • ¿Qué busca y debe resolver un sistema de desarrollo de habilidades exitoso?; es decir, ¿cómo ofrecer soluciones de aprendizaje que sean efectivas y que no solo aseguren que las personas aprendan, sino que lo que aprendan sea de calidad y pertinente, que responda a la demanda laboral?

En América Latina y el Caribe, la Educación Técnica y Vocacional (TVET) surgió con el objetivo de dar respuesta a estas interrogantes. Sin embargo, la desconexión con el sector productivo y la ausencia de trayectorias formativas han ocasionado una pérdida de su potencial y han limitado el logro de sus metas.

La educación secundaria y postsecundaria en la región requiere una transformación que integre las tendencias que están modificando los mercados laborales, tales como la cuarta revolución industrial y la transformación digital. Además, debe considerar el envejecimiento poblacional, la transición hacia economías verdes y acciones contra el cambio climático.

Apostando por la Formación Técnica y Vocacional (TVET) para transformar las habilidades para el trabajo en la región

Para lograr tener un sistema de formación de habilidades para el trabajo pertinente, eficiente, efectivo y de amplia cobertura, el BID brinda soluciones para identificar y desarrollar las habilidades que den respuesta a las necesidades presentes y futuras del mercado, en estrecha colaboración con el sector productivo. Nuestras iniciativas buscan desarrollar cualificaciones y currículos alineados con trayectorias laborales que respondan a las necesidades del sector productivo, y que sean reconocidos por éste a través de la certificación de cualificaciones y competencias.

Desde 2019, a través del Fondo Multidonante para la Transformación de la Educación Técnica y Profesional en América Latina y el Caribe – Fondo TVET -, impulsamos la creación de ecosistemas de formación modernos y apoyados por el sector privado que formen a las personas con las habilidades necesarias para tener trayectorias profesionales exitosas y fortalecer las economías de la región.

El Fondo TVET desarrolla proyectos de formación innovadores e inclusivos, con perspectiva de género y diversidad, en habilidades para la economía verde y para las nuevas tecnologías, por ejemplo. A través de este enfoque buscamos aprovechar las nuevas oportunidades que hoy existen para aprender, trabajar y generar valor agregado en los países de la región. En un entorno donde los sistemas de formación de habilidades para el trabajo son el motor del progreso, con el Fondo TVET estamos dando pasos importantes para que la formación y el crecimiento productivo vayan de la mano.

Proporcionar a los trabajadores las habilidades necesarias para procesos de producción sostenibles y empleos verdes es una de las herramientas en nuestro kit para una transición justa en la región. Conoce todo sobre la agenda que proponemos desde el BID para una transición equitativa y justa hacia la carbono neutralidad en este video

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Habilidades, Trabajo, América Latina, Brecha de habilidades, Capital humano, Caribe, Desarrollo, Empleo, Fuerza laboral, Futuro, habilidades para el trabajo, Habilidades para un trabajo, Jóvenes, Mercado laboral, Productividad
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