Cuidar a otros… ¿Cosa de mujeres?
A mis 22 años mi madre fue diagnosticada con una enfermedad terminal la cual fue disminuyendo progresivamente su autonomía. Un diagnóstico como este cambia radicalmente la rutina familiar. Los momentos donde antes había comidas compartidas y ocasiones de recordar anécdotas son reemplazados con turnos en el médico, visitas de urgencia a hospitales e interminables búsquedas de cuidadores adecuados. El cambio de rutina es un detalle ínfimo comparado a las fuertes emociones que cada familiar va experimentando a medida que la enfermedad avanza en un ser querido.