En América Latina y el Caribe, millones de jóvenes enfrentan barreras para certificar las habilidades que ya poseen. Esto no solo limita sus oportunidades laborales, sino también su acceso a rutas de aprendizaje que los preparen mejor para el futuro. La pandemia]exacerbó esta situación, dejando a muchos países en medio de una desaceleración económica. En este contexto, es urgente asegurar que los jóvenes cuenten con cualificaciones relevantes y alineadas con las necesidades del mercado laboral (OECD, 2023). 

¿Qué son exactamente las cualificaciones?

Hace algunos años, tuve la oportunidad de entrevistar a la directora del área de producción de una de las compañías industriales más grandes de la región. La posibilidad de conocer su historia me llenaba de entusiasmo. Había logrado convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de directora industrial en una empresa con una larga trayectoria productiva, pero históricamente marcada por una baja participación femenina. 

En el mes Internacional de las Mujeres, recordemos el valor de una de las actividades más tradicionalmente asignada a ellas: el cuidado de adultos mayores. En América Latina y el Caribe, hay 8 millones de personas mayores que necesitan de cuidados y apoyo para realizar tareas de su vida diaria.

La educación secundaria es una etapa fundamental en la vida de adolescentes y jóvenes. Representa una plataforma clave para construir sus proyectos de vida, integrarse al mundo laboral y acceder a futuras oportunidades de formación.  

Lo sabemos bien: medir el aprendizaje es fundamental para garantizar trayectorias educativas de calidad con equidad. Sin evaluaciones, los sistemas educativos avanzan sin información clara para tomar decisiones basadas en evidencia. Pero medir es solo el primer paso. El verdadero poder de las evaluaciones radica en cómo se usan sus resultados para mejorar los aprendizajes. 

El primer dilema: ¿qué tipo de evaluación hacer?  

En la actualidad, en el mundo viven 8.2 mil millones de personas. Todas comparten una característica común: en algún momento de sus vidas han requerido cuidados y, muy probablemente, lo seguirán necesitando, especialmente en su etapa adulta.  

El cuidado es una necesidad universal. Todas las personas hemos recibido y recibiremos cuidados algún día: lo hicimos en nuestra primera infancia y lo haremos a lo largo de la vida para hacer frente a la vejez, a una enfermedad o una potencial discapacidad.